domingo, 13 de noviembre de 2011

Los cazadores y los motoristas

Llegados a este punto, podría parecernos que ya no caben más ... incidencias (¡Ay, se me agotaron las palabras!) en este reducido espacio de bosque.
Bueno, pues la letanía no ha acabado y tenemos que añadir un nuevo capítulo relacionado esta vez con los fenómenos de las explosiones, ya sean las de la pólvora (los cazadores) o de la gasolina (los intrépidos motoristas).
Al principio, en los primeros paseos de la temporada, empecé a recoger algunos de los cartuchos que encontraba por doquier, como si hubiesen sembrado la zona, por más que un amigo cazador me había contado que en alguna ocasión en la que volvía de cazar, miembros del Seprona le habían preguntado por el contenido de sus bolsillos, por ver si había recogido los cartuchos disparados.


Después de varios paseos, siete, el montoncito quedaba así


En algunos sitios parecía que fuese lo propio encontrarlos allí: era la delimitada zona de adiestramiento de perros


Empecé a mirar en la ley de caza y en su artículo 39 establece que:
Los límites de las zonas de seguridad se extenderán hasta una distancia de:
  1. 200 metros desde las últimas edificaciones o vallas perimetrales de los núcleos urbanos, urbanizaciones, poblados, jardines y parques de uso público y recintos deportivos.


    Quizás no se aprecian las viviendas que hay tras los pinos, a una distancia que es claramente inferior a los 200 metros.


    Al lado izquierdo de las perras se puede vislumbrar el muro de unas parcelas. Algún vecino me ha comentado el hecho de ver caer los perdigones en la piscina.

    Este artículo de la vigente ley de caza (Ley 13/2004, de 27 de diciembre, de Caza de la Comunidad Valenciana) vendría a suponer que en el Pla de Colom no se podría cazar con armas de fuego, puesto que entre las últimas casas de Pinares y las primeras de Brucar hay apenas 514 metros. En otros extremos no llegan a superar los 400m.

    En otro apartado del citado artículo dice:
    e. 25 metros a cada lado del borde de caminos de uso público no asfaltados.


    Se aprecian los cartuchos, el camino y la casa que hay al fondo






    Sumando los apartados a y el e, entre Pinares y Torres de Portaceli no queda espacio libre para cazar, y sin embargo es muy fácil encontrar cartuchos



    La misma zona de adiestramiento de perros está ubicada a menos de 200 m de las últimas casas de la urbanización.

    ¿Que cómo es un suelo sembrado de cartuchos? Seguro que os pica la curiosidad


    No sólo no se recogen los cartuchos disparados. Quedan desparramados algunos por disparar y las cajas de los cartuchos, los restos de los escondites que se montan, cortando pinos si se tercia o añadiendo palés, los almuerzos, igual me da que sean bocadillos de queso que las socorridas latas de atún, tan energéticas...





    Ya no quiero ni pensar en qué será del plomo disperso por toda la zona, cuando llegue a las capas freáticas.... Por último, para acabar con este capítulo de la caza, dos interrogantes: Si hay demasiados conejos, ¿Por qué se cazan los zorros? y ¿No eran ilegales los paranys?



    Hace algún tiempo hicieron un cuidadoso trabajo de repoblación de especies autóctonas, señalizaron la zona,...

    Es la misma que emplean algunos indómitos motoristas para divertirse de vez en cuando dejando la huella de sus correrías






    ¡Adiós repoblación forestal!

    He tratado de situar algunos hitos en el mapa, para que podáis haceros una idea


    Ver cazadores y motoristas en un mapa más grande

    Hasta la semana que viene. El buzón del contribuyente se está llenando

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